Había un tonto y condenado pájaro antes de Cristo llamado Fénix. Cada tantos centenares de años construía una pira y se arrojaba a las llamas. Debió de haber sido primo hermano del hombre. Pero cada vez que se quemaba a sí mismo surgía intacto de las cenizas, volvía a nacer. Y parece ahora como si estuviésemos haciendo lo mismo, una y otra vez; pero sabemos algo que Fénix nunca supo. Sabemos qué tonterías hemos hecho. Conocemos todas las tonterías que hemos hecho en estos últimos mil años, y mientras no lo olvidemos, mientras lo tengamos ante nosotros, es posible que un día dejemos de preparar la pira funeraria y de saltar a ella. En cada generación seremos unos poco más para recordar.
Fahrenheit 451
Ray Bradbury
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